El R.Madrid va líder, el Barcelona está con los mismos puntos, el Sevilla les pisa los talones, la Uefa es cosa de tres, a la Real se le acaba la vida... Y llegó la Selección.
Soy un aficionado de la Selección, y me gusta que juegue la Selección. Pero a las dos últimas jornadas de una liga tan apretada, también me gustan.
En un momento tan apasionante de Liga, mediocre durante 36 jornadas, pero que promete ser de infarto las dos últimas, llega este parón. Es como cuando una tía te para un calentón. ¿Y a quién se lo debemos agradecer? A los magníficos y maravillosos directivos del fútbol español, que sabiendo desde antes del principio de la temporada el calendario FIFA, no han sabido seguir el ejemplo del resto de Ligas, las cuales han llegado a esta fecha con la cosa finiquitada.

Y no solo nos cortan la emoción liguera (que se sabe desde agosto, que pase lo que pase, en las dos últimas jornadas algún aliciente para que estemos enganchados a varios partidos a la vez habrá) sino que las consecuencias, siempre negativas, para los equipos, van llegando. Y si no, que se lo pregunten al Atlético de Madrid,
que perderán a su estandarte, a la persona que lleva desde los 17 años sosteniendo a un club histórico, para 10-15 días.
Son cosas del fútbol español, dónde la máxima es intentar no pensar con la cabeza nunca.