TOCADO Y... ¿HUNDIDO?

Quedan cuatro jornadas, solo cuatro jornadas, y el milagro madridista se ve cada vez más cerca. Como si de una conjura galáctica se tratara, un equipo que no sabia si jugaba a fútbol o a baloncesto, un equipo que se agarraba a un clavo ardiendo, viendo como partido tras partido el Barcelona le sacaba más y más ventaja, ha cambiado radicalmente de actitud, tiene un nuevo look, quizás inspirado por Beckham, un look de campeón.

Ese nuevo R.Madrid ha dado alcance a un Barcelona que vive inmerso en una agonía que nunca acaba. Una temporada que parecía mítica, se ha convertido en el calvario de los que nos asombraron y maravillaron con su juego años anteriores. Un equipo en capacaida desde el primer minuto de la temporada, favorecido por el pésimo nivel mostrado por el resto de contrincantes. Perdedor de la Supercopa de Europa contra el Sevilla, perdedor del Mundialito de clubes, eliminado en octavos de Champions, eliminado de la Copa del Rey ganando 5-2 y, puede, que en unas semanas, sea el gran perdedor de la Liga.

La imagen que da el Barcelona es la imagen de la impotencia, de un equipo tocado y hundido, que espera como agua de mayo el 30 de junio y, la llegada de un buen psicólogo para que haga borrar esta temporada de las memoria como Laporta consiguió borrar la época de Gaspart.

Y es que la cosa ya no pintaba bien cuando salieron los datos de los días que entrenan unos jugadores y otros, de los días de vacaciones que tienen unos y otros... Y pintó aún peor, cuando Eto´o un buen día se puso a rajar dejando títere sin cabeza. Todo ésto me suena a galacticidio, me suena a una noche de marzo en Montjuic, final de la Copa del Rey, me suena a tres años en blanco...

Y el domingo llega el partido cuya previa podría entrar en el Récord Guiness, At.Madrid-Barcelona. Una victoria, podría relanzar a un posible renacido Barcelona. Pero una derrota, podría poner punto y final a una Liga que pintaba de todos los colores menos blanco. Una derrota podría dejar un pelele dificilmente recuperable y, con más de uno huyendo por el aeropuerto de El Prat.