Salvo minutos sueltos, el partido era infumable, pero es lo que tiene un derbi, que eso minutos sueltos los hacen partidazos. Marca el Sevilla, los jugadores lo celebran y la siguiente imagen es un circulo de personas y dicen que en el centro está Juande Ramos, entrenador del Sevilla. En milésimas de segundo se te pasan mil hipótesis por la cabeza. Y la duda es resuelta cuando el comentarista informa que una botella ha alcanzado a Juande Ramos. Se aprecia una imagen que te hace tragar saliva una y otra vez, que es la de Juande con los ojos cerrados mientras se lo llevan en camilla. Y de nuevo en milésimas de segundo se te pasan miles y miles de consecuencias que han podido ocurrir a raíz del botellazo, o lo que es peor, lo que aún puede ocurrir. Son momentos dónde dan ganas apagar el televisor y ponerte a leer un libro, charlar, salir a dar una vuelta o acostarte, lo que sea para no querer ver que en el deporte que amas han podido matar a una persona.
Todas las culpas apuntan a una persona, aquella que ha lanzado el objeto. Pero esta persona ¿por qué ha actuado así? No creo que se levantara de buena mañana y se marcara como único objetivo agredir al entrenador del Sevilla. Esta persona se ha movido por unos sentimientos. Unos sentimientos impregnados de odio y rencor. Y ese sentimiento, al contrario del amor hacia tu equipo, no se cultiva en el interior de uno mismo, sino en mentes y bocas ajenas, voces agitadoras.
Y esas voces con sus comentarios llenos de odio hacía el rival, llevados hasta el extremo, hace que la masa social crea y defienda esos comentarios. Y luego pasa lo que pasa.
¿Pero el prepartido agitado por representantes de Betis y Sevilla es el único culpable?Ni mucho menos. La gente lleva al fútbol bengalas o botellas de alcohol. la gente va al fútbol con la predisposición de lanzar con el fin de dar, esas botellas, esas bengalas, moneda, móviles... lo que haga falta. Y cada semana más y más casos ¿Por qué? Porqué no se penaliza o no es un castigo severo. La corrupción está patente en todos los ámbitos de nuestra sociedad y el fútbol es uno de sus mayores exponentes. No se cierran estadios y no se persigue a aquellas personas cuya conducta no es la adecuada. Y la primera semana vas con una botella, la tiras al portero rival y no pasa nada, la segunda semanas vas con una botella y una bengala, tiras ambas cosas, y no pasa nada. Por eso, crees que ya es hora de arrancar y lanzar el asiento, que más da, no va a pasar nada!!
La gente tomaría conciencia si se cierra su estadio por unos partidos o incluso para toda la temporada. Cuando ocurra ésto, creo que más de uno se pararía a pensar dos veces antes de hacer nada. Y no hay ni la menor duda, de que el resto de la grada no le pasaría ni lo más mínimo a nadie. Si con ésto no es suficiente y siguen habiendo altercados en el fútbol en general, no sólo en el estadio o los estadios sancionados, el fútbol es un deporte, es un juego, es algo prescindible; y si hay que suspender una liga, se suspende.



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